jueves, 14 de febrero de 2013

Hay Momentos


Hay Momentos en mi vida que he deseado ser mejor hijo, cuando recuerdo todo lo que mis padres me han dado y ofrecido, pienso y siento que no he hecho nada significante o trascendente para ellos.
Hay momentos en mi vida que he deseado ser mejor amigo, cuando recuerdo todos los momentos que he compartido con mucho de ellos, las risas, las aventuras y todo lo que ellos me han podido ofrecer de manera desinteresada, pienso que aun he hecho poco por ellos.
Hay momentos en mi vida que he deseado ser mejor esposo, cuando miro que aún no he podido llevar a disfrutar a mi esposa de lo hermosa y agradable que es la vida, siento que he trabajo muy poco y fracasado mucho.
Hay momentos que he deseado ser mejor padre, cuando miro mis hijos crecer y experimentar la vida cada día. Es cuando recuerdo que he ofrecido poco en comparación a todo lo grande y majestuoso que es la vida.
Hay momentos que he deseado ser un mejor hermano para mis siete hermanos, cuando recuerdo cada momento de vida, risa, lagrimas, sueños que hemos compartido juntos siento que aun debo seguir anhelando disfrutar más tiempo con ellos.
Hay momentos que he deseado ser mejor cristiano, cuando recuerdo mis días de niñez y juventud en mi iglesia,  traigo a mi mente a cada persona que creció a mi lado, mis maestros, mis pastores todos ellos, veo que pude haberlos alegrado más a través de cada sueño que muchos de ellos pusieron en mí.
Hay momentos que he deseado ser mejor en todo, cuando traigo a mi memoria cada experiencia adquirida en las diferentes áreas de mi vida, logro comprender que aun debo seguir trabajando cada día más por llegar a ser esa persona que Dios,  mi esposa, mis hijos, mis padres, mis hermanos en la iglesia y todos aquellos que me han llegado a conocer vean que soy la persona adecuada para estar al lado de ellos.
Hay momentos como este que todos debemos pensar cuanto estamos aprovechando todo lo que Dios no ha dado y buscar seguir trabajando de manera incansable hasta lograr edificar nuestras vidas de manera balanceada, sobre todo en la felicidad que Dios nos ofrece. Y tú ¿Qué piensas en es tus momentos?

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